No solo fue un connotado director de coros del país, sino además fue hijo del Barrio Bellavista, y un dirigente muy querido de la Asociación de Residentes de Bellavista, que formó junto con la dirigente María Inés Arribas, a fines de los 1980s. Mario llegaba de visita a la casa, tareando alguna canción, con la inspiración de un alma creativo energizado por la música de todo tipo, pero por sobre todo, de coros.
En 1945, fundó el Coro Sinfónico de la Universidad de Chile, «para que todo Chile cante». Luego fueron muchos coros más, destacándose el Coro Lex, de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile (1957), el que es considerado el primer coro de una facultad universitaria en América Latina. En 1957 fundó la Federación de Coros de Chile y siguió sembrando coros por cada paso de su vida, entre ellos los del Instituto de Educación Física (Universidad de Chile), ASIMET, INSA y de la Universidad Técnica del Estado. Dirigió este último durante 18 años, participando con él en el Festival de Coros Universitarios en el Lincoln Center (Nueva York, 1969) y en la Catedral de Washington. En 1974 fue el «Grupo Cámara Chile», haciendo efectivo el derecho a cantar juntos, en un momento muy difícil.
Como otros grandes de la música global, siempre se preocupó de la formación de niñes y jóvenes, al considerar el coro como una actividad para toda persona. Creó «Todos los estudiantes cantan» y «Crecer Cantando» (1993-1997), como parte de la largamente esperada reforma de la educación que comenzaba en los primeros años de redemocratización del país. Participaba también en el Barrio Yungay y Balmaceda 1415, siempre esforzándose para que el patrimonio realmente fuese de tod@s, sin excepción.
Para les vecin@s de Bellavista fue simplemente ese caballero que recorría nuestras calles, golpeando puertas, incentivando a firmar cartas y peticiones, obligándonos a tomar conocimiento del valor del patrimonio construido pero -por sobre todo – humano de nuestro barrio. En 1996, EcoBella, el Comité Ecológico de Bellavista de la época, le homenajeó en una cena en lo que ahora es el Mesón Nerudiano. Celebrábamos, y seguimos, celebrando con cada esfuerzo que hacemos, una sabiduría producto de décadas de caminos múltiples, recorridos con socios muy diversos. Para nosotr@s hoy, es un orgullo y una necesidad profunda reconocer a Mario como fundador de esta época de la Junta de Vecinos 13 Mario Baeza: es nuestra vocación seguir sembrando democracia cotidiana con toda la belleza de la cultura, el arte y la naturaleza de nuestro Barrio.