Este Barrio nació al alero de las personas que ejercían los oficios gráficos en sus facetas artística y periodística. A mediados del siglo XX, este sello se manifestó con diversos atributos definiendo así un barrio marcado por el arte, la cultura y la bohemia; se forjó de esta forma un espacio de talleres de artes y oficios, bares y cafés. Emplazado entre «el Cerro y el Río» fue asentando desde mediados de la década de 1990, una estética vinculada al muralismo.

Hoy, estos murales dan cuenta del dinamismo y mutabilidad del espacio habitado en sus distintos momentos y son, por definición, transitorios. En cuanto al arte callejero, los murales de Bellavista han concitado especial interés cuando, en ocasiones, se han desarrollado estilos característicos como el del artista Vazko/Basco quien, desde mediados de 1990 y a sus tempranos quince años, comenzó a plasmar Bellavista con un estilo reconocido y que lo situó como uno de los artistas nacionales más importantes venidos del mundo del grafiti.

Un elemento importante al momento de considerar el arte mural en el barrio Bellavista, es su contribución a un carácter identitario común, relevando de manera visible algo que los habitantes del sector asumen en su cotidianeidad: la partición del barrio entre dos comunas, como hecho político a fines de la dictadura.